Del modo creativo... de la vida propia de la obra
Vida.
(Del lat. vita) f. Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee.
Diccionario Real Academia
El devenir de la obra toma como media la pulsión por expresar del artista, lo posee, y este de forma absoluta se entrega a la fuerza vital de la misma.
El misterio de la gestación la obra de arte se define cuando de lo “no manifiesto” adviene un instante de lucidez que define un concepto “estético sensible”; a partir de allí empieza a construir su estructura partiendo de la multiplicidad del caos generador, hacia la simplificación para el pronunciamiento material del mismo.
La intuición producto de la sensibilidad individual del artista, es el primer instrumento propio de la obra para llevar a cabo su manifestación.
El dolor y el gozo, la satisfacción o la tribulación es la voz que comunica la obra con su artífice para llegar a ser.
Fruto del diálogo interno cimenta su estructura básica, a partir de la cual empieza a obrar en la dificultad de su representación buscando el camino que la conducirá a la corporeidad.
Por mas que el artista desarrolle el proyecto en forma minuciosa, a medida que crece la obra se define por si misma. El sendero de crecimiento de la obra es el camino del silencio del artista; la comunión del uno con el otro concreta la realización de ambos. Calma la pulsión…
En una cinta de moebious la sociedad crea al artista, el artista crea la obra, la obra crea el espejo donde la sociedad se contempla, interactúa, dialoga con la misma, se conmueve, se encuentra, se desconoce y….retorna al artista con preguntas que no puede responder pulsando su ser para que vuelva a crear.
…Y la obra que nace a través del espíritu del artista, luego de ser manifiesta abandona al progenitor, continúa su existencia en la interacción, en el coloquio íntimo con la mirada del contemplador, el que lejos de ser pasivo la traduce a su idioma intrínseco y la transforma por su percepción individual abriendo el enigma de la idea.